ARRIBA, DONDE LOS BUENOS PERMANECEN


Arriba, donde los buenos permanecen, ya le tiran de la ropa y de la faja, ya pertenece a la cuadrilla de los mejores. Y es que cuando un costalero reúne las cualidades para ser una buena persona en la Tierra, lo tiene muy fácil para ser de los mejores costaleros en el cielo.
Eras de las personas que conocí que mas aportaba al mundo de abajo, tu sinceridad, entrega y sobre todo tu humildad, te definían a ti y a todo grupo del que formaras parte. Me encantaba hablar contigo de cualquier tema, ya que siempre tenías un punto de vista diferente, opinando siempre desde el respeto y la educación. Pero sin duda alguna, de lo que más me gustaba hablar contigo era de costaleros. Recuerdo, que cuando era más joven, cada vez que iba al centro buscaba cualquier escusa para ir a Super Sport para entrar y hablar contigo un rato, sabias mucho de esto, más de lo que mucha gente puede imaginar.
Sin ser amigos de diario, compartimos muchas cosas juntos, hombro con hombro. Juntos trabajamos varias cofradías, fuimos juntos en la Virgen del Carmen, fueron duras e inolvidables aquellas chicotas en la segunda trabajadera y a ti, como a mí, te encantaba hacer la salida. Juntos, disfrutamos enormemente en la Virgen del Sagrado Corazón, paseando a la Virgen por tu barrio y llevándola luego al centro para acompañar al Santísimo Sacramento en la procesión del Corpus, sin duda alguna, un día inolvidable. Juntos, formamos parte de la primera cuadrilla de costaleros de la Virgen de la Merced, experiencia que seguro que hablas con los costaleros que estas conociendo ahí arriba. Personalmente guardo un bonito recuerdo de ese día: Plaza de San Marcos, yo te fijaba el zanco derecho y tras arriar, me dijiste que me tocaba a mí. Yo no sabía cómo actuar, y por lo tanto te dije que prefería ser prudente y seguir como íbamos, recuerdo como si de ayer se tratara tus palabras, “tranquilo, lo vas a hacer bien”, me arme de confianza al saber que estabas tú y fuimos así hasta el relevo, en Francos. En la Merced compartimos lo más bonito, como lo es pertenecer a la primera cuadrilla, como lo más duro, que es ser cesados de la misma al año siguiente; tu actitud siempre fue ejemplar, mirándote a ti, aprendí que en una cuadrilla se debe acatar lo que el capataz manda, sin dar lugar a cuestiones y a dudas. Por suerte, a los cuatro años, volvimos a pertenecer a la cuadrilla, por cierto, también juntos, estábamos en una de las bancas de la basílica y me dijiste, Transport, tengo buenas vibraciones.
Así eras tú Selu, un hombre de buenas vibraciones, por eso me encanto ser tu costalero en la cuadrilla de la Virgen de Loreto, siendo además un orgullo para mí, que recíprocamente fueses costalero de la Virgen del Rosario, donde fuiste un gran apoyo, y me ayudaste a comenzar un proyecto que hoy día sigue en pie, regalando al Jerez cofrade momentos esperados e inolvidables, recuerdo uno muy significativo para mi, año 2004, calle Antona de Dios, sonaba Solea dame la mano, llevabas el zanco izquierdo y recuerdo que te fijaba Cantalejo, ha sido una de las mejores chicotas que recuerdo en mi vida, y es que donde se dieran esa camisa de cuadros y esas pumas blancas, resultaba un buen trabajo. Estoy seguro que arriba, donde los buenos permanecen, sigues dándolo todo por el que llevas al lado y disfrutando ayudando a los demás.
Nunca te olvidaremos, tu forma de ser siempre permanecerá en nuestros corazones, y aunque lo sabes de sobra, no busco que nadie lea este texto, solo quería hablar contigo en un lugar donde me gusta esconderme y encontrarme, el blog de mi cuadrilla.
Jose Luis Dormido de la Hera, te mando el mayor de los besos y los abrazos, tu amigo Manuel Jesús Elena Hernández.

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