MI VIRGEN DE LA O, POR LUIS ALVAREZ DUARTE

Hace unos días estuve en la querida y siempre recordada ciudad de Jerez, dando una charla coloquio en la casa de la Hermandad de la Defensión. Cuando llegué a Jerez, lo primero que hice fue visitar en la Iglesia de Capuchinos a Mª Santísima de la O y postrarme ante Ella. Estaba bellísima y magníficamente vestida presidiendo el Altar Mayor, junto al portentoso crucificado de la Defensión. Le dí gracias a Dios y a Ella por haberme dado salud en estos cuarenta años que se cumplen desde que la tallé un día del mes de Mayo, inolvidable en Sevilla.


Os digo de verdad que me emocioné cuando La vi en la Iglesia de Capuchinos, una Iglesia nueva pero con muchos tesoros artísticos dentro, amén de los magníficos belenes que se estaban montando en esos días.


Después del emocionado encuentro con la bendita Madre de la O, vinieron otras emociones para mí, como el encuentro con los cofrades que vinieron a Sevilla a ver a mi Dolorosa y adquirirla, y como no, con la savia nueva de la cofradía; y con Fray Antonio, donde todo fueron alabanzas a mi arte y a mi ser. Un fuerte abrazo a todos desde estas páginas.


Toda la charla se desarrolló como no, sobre la hechura de la talla de la Santísima Virgen de la O, y entre otras cosas pude recordar que la tallé en el mes de Mayo de 1969, sin encargo, o sea, por mi cuenta, ya que cada vez que puedo, siempre en Mayo, comienzo una talla de la Virgen Santísima. También que fue la primera que hice en madera de cedro, finalizándola en 1970.


La Virgen, ya terminada y vestida en mi estudio de la Puerta Real de Sevilla, llamaba la atención a todo el mundo, según decían por su dolor, belleza y expresión. La Imagen quedó vestida con manto y saya de la Hermandad de la Carretería y con una corona de la Hermandad de la Quinta Angustia, hermandades muy señeras de Sevilla.


También recuerdo las grandes personalidades que la vieron en mi estudio antes que mis queridos cofrades de la Defensión se quedaran prendados con Ella. Por ejemplo, la admiraron Pepe Mena, prioste de la Coronación de la Macarena y un buen cofrade jerezano-sevillano, D. Fernando Cano Romero que, meses antes y bajo mi intervención, se llevaría para Jerez según dicen los entendidos, otra joya, la Virgen de la Lanzada (Virgen del Buen Fín); también Luis Rodríguez Casso, Juan Pérez Calvo, Juan Delgado Alba y la lista de cofrades sería interminable.


Me acuerdo también, como no de D. Juan de Borbón y de Dª María de las Mercedes, que se postró ante Ella, de los Duques del Infantado, de Bandarán, capellán de la Familia Real; del mundo del toro, como D. Antonio Ordoñez, Manolo Vázquez y Paquirri e incluso tuve el honor de recibir en esos días en mi estudio al primer ministro italiano Sandro Pertini, que estaba de visita en Sevilla.


Esto es una breve semblanza de la admiración que despertó en todo aquel que visitaba mi estudio la Santísima Virgen, aún sin advocación.


Días o meses después, cuando los cofrades de la Defensión buscaban una talla titular para el palio, según me contaron el otro día cofrades veteranos, recibieron un consejo de “Pepe el de las Salesas”: “…vayan al estudio de ese chico joven que hace cosas preciosas”; y así fue, me visitaron, vieron la Virgen y todos me dijeron nada mas verla: “joven, la Virgen es para la Defensión de Jerez y su advocación será Virgen de la O.


Por todo esto, comprendan mi emoción el otro día al contemplar a mi Virgen y recibir el cariño y el afecto de los cofrades presentes en mi charla.


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